La transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles ha hecho que la energía solar fotovoltaica se convierta en una de las opciones más relevantes del siglo XXI. Su capacidad de transformar la luz del sol en electricidad de manera directa y sin emisiones la posiciona como una solución eficiente y respetuosa con el medio ambiente.
¿Qué es la energía solar fotovoltaica y cómo funciona?
La energía solar fotovoltaica es la electricidad generada a partir de la radiación solar mediante un fenómeno físico llamado efecto fotovoltaico. Este efecto ocurre cuando ciertas sustancias, como el silicio, absorben la luz del sol y liberan electrones, generando así una corriente eléctrica.
Este tipo de energía destaca por su limpieza (no emite gases contaminantes), su disponibilidad (el sol es una fuente inagotable) y su escalabilidad (puede usarse en pequeñas instalaciones o grandes parques solares). Además, al no requerir combustibles fósiles, permite una mayor independencia energética y ahorro a largo plazo.
Historia y desarrollo de la energía solar fotovoltaica
El concepto del efecto fotovoltaico fue descubierto en 1839 por Alexandre Edmond Becquerel. Sin embargo, no fue sino hasta 1954 que se desarrolló la primera célula solar práctica en los laboratorios Bell en Estados Unidos. Desde entonces, la evolución ha sido constante.
Durante décadas, la energía solar fotovoltaica fue utilizada principalmente en aplicaciones espaciales. A partir de los años 2000, con avances tecnológicos y reducción de costos, comenzó su expansión comercial masiva. Países como Alemania, China y Estados Unidos lideraron el desarrollo, impulsando el crecimiento del mercado global.
¿Cómo se transforma la luz del sol en electricidad?
Células solares y conversión de energía
El corazón de un sistema de energía solar fotovoltaica son las células solares. Estas están fabricadas con materiales semiconductores como el silicio, que al recibir la luz solar generan una corriente continua (DC).
Cuando los fotones de la luz impactan las células, los electrones se excitan y se liberan, generando electricidad. Esta corriente luego se transforma en corriente alterna (AC), que es la forma de electricidad que usamos en nuestros hogares y empresas, gracias a un componente llamado inversor.
El rendimiento de la conversión depende de factores como la calidad del material, la orientación de los paneles y las condiciones climáticas.
Componentes de un sistema fotovoltaico
Un sistema de energía solar fotovoltaica está compuesto por varios elementos clave:
- Paneles solares: Captan la radiación y generan la electricidad.
- Inversor: Convierte la corriente continua en alterna.
- Estructura de soporte: Sostiene y orienta los paneles adecuadamente.
- Cableado y protecciones: Aseguran el transporte eficiente y seguro de la energía.
- Medidor bidireccional (en sistemas conectados a red): Registra tanto el consumo como la energía inyectada a la red.
En sistemas más avanzados, se pueden incluir baterías para almacenar energía y garantizar el suministro continuo.

Proceso de obtención de energía del sol
La luz del sol incide en las células fotovoltaicas de la placa, creándose un campo de electricidad entre las capas; así se genera un circuito eléctrico, el cual es el responsable de la energía solar fotovoltaica (cuanto más intensa sea la luz, mayor será el flujo de electricidad).
Para poder transformar esta energía por medio de corriente, es necesario el uso de un inversor. Este dispositivo transforma la corriente continua en corriente alterna con las mismas características que la de la red eléctrica a la que va a verterse, controlando la uniformidad y calidad de la señal.
Ventajas de la energía solar fotovoltaica
Entre los múltiples beneficios de esta tecnología destacan:
- Energía limpia y renovable: No genera emisiones contaminantes ni contribuye al calentamiento global.
- Ahorro económico: Disminuye significativamente la factura eléctrica.
- Independencia energética: Reduce la dependencia de combustibles fósiles y de las tarifas del mercado energético.
- Instalación flexible: Se adapta tanto a espacios residenciales como industriales.
¿Cómo puede utilizarse esta energía solar fotovoltaica?
Uso residencial
En viviendas, la energía solar fotovoltaica permite reducir considerablemente el gasto mensual en electricidad. Además, al estar conectados a la red (sistemas On Grid), los usuarios pueden vender el excedente y obtener un retorno económico adicional.
También es ideal en zonas rurales donde la red eléctrica no está disponible, instalando sistemas con baterías (Off Grid) para garantizar autonomía total.
Uso industrial y comercial
Para empresas, el uso de la energía solar fotovoltaica representa no solo un ahorro significativo en costos operativos, sino una oportunidad para mejorar su imagen corporativa en sostenibilidad.
Además, pueden acceder a beneficios tributarios en Colombia, como la deducción del 50% de la inversión del impuesto de renta o exclusión del IVA, lo que hace aún más rentable la adopción de esta tecnología.
