El uso de la energía solar se ha convertido en una alternativa que cada vez tiene más adeptos, sobre todo para generar electricidad. La ubicación geográfica privilegiada para la irradiación energética, el desarrollo de nuevas tecnologías, el auge de nuevos mercados de energías renovables no convencionales y los beneficios tributarios de la Ley 1715 del 2014, han generado un entorno ideal para el desarrollo de pequeños y grandes proyectos basados en este tipo de energía.
El evento más importante en la historia del sector eléctrico colombiano fue la creación de las Leyes 142 y 143 de 1994; a través de estas, se divide la cadena de producción en cuatro actividades principales:
1. Generación
2. Transmisión
3. Distribución
4. Comercialización
Además, se crea la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG); su propósito es maximizar el número de usuarios atendidos al menor costo posible, y al mismo tiempo se garantiza una remuneración adecuada y justa para las compañías que prestan los servicios.
Estas leyes crearon un grupo de reglas y mecanismos de mercado que han servido para impulsar el desarrollo del sector desde su creación, en cuanto al número de compañías involucradas en el mercado y en términos de cobertura y calidad del servicio. Según estudios realizados por la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), se evidencia estadísticamente que el 88,3% de las iniciativas radicadas tienen que ver con energía solar.
Por otro lado, se considera que la geografía colombiana incluye un gran número de ríos con características propias para impulsar centrales hidroeléctricas, razón por la cual estas se han vuelto populares, a tal punto de ser consideradas como convencionales a nivel Nacional. Según datos recopilados por el Ministerio de Minas y Energía, el 69% de la capacidad instalada de generación del país corresponde a fuentes hidroeléctricas. Sin embargo, la dependencia a una sola fuente de generación deja al país expuesto a riesgos asociados a fenómenos climáticos, específicamente, al fenómeno de El Niño.
Por esto, el gobierno colombiano ha establecido en numerosas ocasiones la necesidad de diversificar la matriz de generación eléctrica del país a través de inversión en energías renovables no convencionales. Según el Plan de Expansión de la UPME, se espera que la capacidad instalada de energía solar alcance los 1,826 MW y la capacidad instalada de energía eólica los 2,858 MW para el año 2031. Además, la UPME y el Ministerio de Minas y Energía estiman que para antes de 2030 cerca de 10% del consumo energético en Colombia va a provenir de proyectos fotovoltaicos o solares.